Una de las premisas con las que trabajamos todos los centros jesuitas es la de “formar hombres y mujeres para los demás”.
Nuestro alumno Adrián, tras una etapa dejando huella en nuestro centro participando activamente en gran variedad de voluntariados y sin desatender su dimensión académica, ha ido descubriendo poco a poco su vocación. Este verano tuvo la oportunidad de pasar 21 días en Nepal, donde ha podido seguir profundizando y ahondando en su vocación, al tiempo que servía a los demás.
Aquí os dejamos su experiencia, la cual resume el mismo en cinco palabras: familia, descubrimiento, amor, educación, liderazgo y vocación.