Este año 2022, desde la pastoral del centro jesuita Padre Piquer, se nos presentó a los alumnos aprobados de 1º y 2º de Bachillerato y FP la oportunidad de vivir la experiencia del camino de santiago. Durante los días de peregrinación, recorrimos unos 112 km por el llamado camino inglés partiendo desde Ferrol el día 13 de junio* y llegando finalmente a Santiago el 17*. En esta experiencia, fuimos acompañados no solo por el grupo de profesores, jesuitas y alumnos junto al que partimos, sino que además fuimos acogidos por otros peregrinos y personas comprometidas en cada uno de los lugares por los que pasamos.
El camino de Santiago supone para los peregrinos un reto físico, mental y espiritual, que nosotros tuvimos la oportunidad de vivir como comunidad. Partimos siendo un grupo de estudiantes que compartían centro formativo, y tras pasar todos juntos por esta experiencia, salimos como un grupo unido por recuerdos. Nos apoyamos en los kilómetros más duros y nos acompañamos en los mejores, compartimos sonrisas y pasiones, pero también miedos y limitaciones, y juntos superamos todas las dificultades e hicimos único cada momento.
Por otro lado, en el camino no solo trabajamos nuestra forma física (que también), sino que otra parte fundamental de la experiencia fue el desarrollo personal y espiritual que vivimos. En el itinerario de los días de camino, se incluía tanto una oración de la mañana para introducir el día, como un rato de reflexión personal y en comunidad por la tarde tras la caminata, que nos permitía poner en manos del grupo nuestras vivencias del día. Fueron esos ratos los que marcaron la diferencia, pues el rato de la mañana nos daba un propósito y el rato de la tarde nos permitía compartir el éxito de haberlo cumplido, o nos daba la ayuda para hacerlo.
De esta experiencia, nos llevamos los valores, momentos y enseñanzas que obtuvimos durante el camino, pero, sobre todo, a las personas de las que los aprendimos. Desde mi vivencia personal, quiero destacar la profundidad de las relaciones que establecimos, y el cómo esa falta de etiquetas y prejuicios nos hizo empatizar e identificarnos los unos con los otros, mejorando así el clima y la convivencia y favoreciendo y acelerando la formación de la comunidad en la que nos convertimos. También me gustaría poner en valor la oportunidad que tuvimos de poder visitar las Hermanas Hospitalarias, y compartir una tarde con sus usuarios, porque supuso para nosotros un golpe de realidad y una lección de vida que llevaremos con nosotros siempre.
Finalmente, solo queda decir que vivir el camino de santiago es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida y que desde el grupo del camino de Santiago* 2022 lo recomendamos a todos los que tengan la oportunidad de seguir las famosas flechas amarillas. ¡Buen camino futuros peregrinos!
Carla Fraile
Alumna de 1° de Bachillerato